Euskal Memoriako blogak
Caso Companys, ¿siempre la Gestapo, nunca la DGS?
2018-04-16
Ingo Niebel - Periodista y escritor
Escribo este post a la sombra del proceso de extradición que en Alemania está en curso contra el 130° president catalán Carles Puigdemont. A raíz de su detención en territorio germano, instigada (una vez más) por los servicios secretos españoles, en varios medios izquierdistas y, como no, en las redes sociales, se empezó a comparar lo ocurrido este 26 de marzo con la detención del otro president, Lluis Companys, efectuada por militares alemanes el 13 de agosto de 1940, en la localidad bretona de Ar Baol (La Baule). Dos semanas más tarde, el Alto Mando alemán, con el consentimiento de las autoridades francesas, deportó al destacado dirigente catalán al Estado español. Ahí le esperaron la cárcel, la tortura, un juicio farsa y, el 15 de octubre de 1940, la ejecución.
Ante este fondo histórico no han sido pocos los comentarios que me han llegado, ni los artículos al respecto que he leído. Su denominador común era que se responsabilizó a la Gestapo de la detención y de la entrega. Tengo pruebas suficientes para demostrar, desde el punto de vista académico, si entendemos la investigación de la Historia también como una labor científica, de que muy probablemente no fue la Policía Secreta del Estado nazi la que intervino en esta operación. No quiero profundizar en el tema aquí porque me faltarían espacio y tiempo para ello. Pero tampoco quiero crear la impresión de que pudiera estar defendiendo a la Gestapo. Nada más lejos de mi intención. Su intervención en los Estados español y francés -más Euskal Herria- forma parte de mi labor investigadora, pero eso es también otro tema.
Quiero llamar la atención sobre una cuestión que ante este fondo histórico y la actualidad política del momento me ha surgido y que se expresa en la pregunta puesta en el título: ¿Siempre la Gestapo, nunca la DGS (Dirección General de Seguridad)? La quiero ampliar con otra más: ¿No exoneramos al Franquismo y por ende al actual Estado español de toda responsabilidad, tanto de la ejecución de Companys como también de las de otros destacados republicanos, amén de la entrega de miles y miles de ciudadanos y ciudadanas españoles, catalanes y vascas, quienes por el manifestado desinterés del Gobierno franquista dieron con sus huesos en los campos de concentración alemanes? Ambas son preguntas abiertas, no retóricas.
Es ante todo por la labor del historiador catalán Josep Benet que sabemos de los pormenores de la intervención española en la entrega de Companys. Aunque luego algunos trabajos sobre el papel del policía español Pedro Urraca arrojaron más luz sobre el caso, carecemos de un exhaustivo estudio, basado en documentos, sobre como él, más su superior inmediato, el director general de Seguridad, el falangista José Finat, conde de Mayalde, y por ende el ministro de la Gobernación, su correligionario Ramón Serrano Suñer, actuaron en este y otros casos. Conocemos las consecuencias de sus decisiones, pero no cómo las tomaron.
Lluis Companys, ejecutado por el Franquismo en 1940. En la foto de la derecha el agente español Pedro Urraca.
Después de la primera purga de documentos secretos como consecuencia de la muerte de Franco, más el actual acceso restringido al material clasificado de la época en los Archivos Militares y toda la agitada situación política, será aún más complicado investigar el papel jugado por la DGS junto a los cuerpos policiales alemanes en la Francia ocupada. La actual coyuntura favorece a aquellos que quieren desviar la atención, gritando: "Gestapo". ●